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lunes, 29 de junio de 2015

DESASTRES NATURALES DESCONOCIDOS

Los extraordinarios desastres naturales que afrontó la Tierra y seguro no conocías

Más allá de terremotos, huracanes, erupciones volcánicas y otros conocidos fenómenos devastadores, existen catástrofes naturales más extrañas pero igualmente inquietantes. Esta es una lista de algunos de los desastres naturales más raros de la historia:

-El año sin Verano En abril de 1815, el Monte Tambora, de Indonesia, produjo una de las más poderosas erupciones volcánicas de la historia, causando la muerte de decenas de miles de personas en el sudeste de Asia y lanzando una gigantesca nube de ceniza a la estratósfera. La nube viajó por todo el mundo bloqueando los rayos del sol; las temperaturas descendieron unos tres grados, causando distorsiones meteorológicas de efectos catastróficos. Como sucede con casi todo gran problema, el “Año sin Verano” promovió algunas importantes creaciones, como la bicicleta, inventada por el alemán Karl Drais por el alto precio de la alimentación de los caballos en Europa.

-El Evento Carrington Entre finales de agosto y principios de septiembre de 1859 el planeta fue bombardeado por la mayor tormenta solar de la historia. El llamado "Evento Carrington", nombrado así por el astrónomo británico Richard Carrington, regaló un espectáculo celestial fantástico, pero al mismo tiempo generó las perturbaciones geomagnéticas que derribaron los sistemas de telégrafo en todo el mundo.

-El Año de la Langosta En el verano de 1874, millones y millones de langostas sitiaron Nebraska, Kansas, las Dakotas, Iowa y otros estados de los Estados Unidos. Testigos afirmaron que los grupos de langostas formaban nubes tan espesas que podían bloquear la luz del sol durante varias horas. Al llegar, se comieron campos enteros de cultivos, la vegetación e incluso la ropa de la gente.

-El Velo de polvoEn el año 536, una nube de arena y polvo descendió en gran parte del mundo, tapando la luz del sol y causando temperaturas inusualmente frías durante varios años. El largo invierno trajo sequías, malas cosechas y hambrunas en todo el mundo. Algunos eruditos especulan que también jugó un papel en el desencadenamiento del primer brote conocido de la peste bubónica en Europa.

-El Gran SmogEn diciembre de 1952, la contaminación del aire de Londres creó una masa de humo de hollín que se mantuvo durante cuatro días, causando estragos en la calidad del aire. El miasma mortal fue el resultado de un sistema de alta presión que crea condiciones anormalmente estancadas. En lugar de dispersarse en la atmósfera, como de costumbre, oleadas de nubes de humo de carbón y la contaminación de las fábricas se detuvieron en el aire de la ciudad.
-El Evento de Tunguska Poco después de las 7 de la mañana del 30 de junio de 1908 una luz cegadora cruzó los cielos de Siberia y explotó sobre el río Podkamennaya, en Tunguska. La onda de choque fue cientos de veces más potente que una bomba atómica. Sorprendentemente, no hubo muertos en la explosión, pero sus efectos se sintieron en todo el mundo. Los científicos sostienen que el "Evento de Tunguska" fue el resultado del impacto de una roca espacial, un meteorito.

FUENTE: History.com


lunes, 1 de junio de 2015

LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA

La Biblioteca de Alejandría constituye un evento que resulta extraño. Parece no encajar en un mundo sumido en las tinieblas. Y la historia que hay detrás es, en cierto modo, una romántica metáfora sobre los anhelos de conocimiento, los miedos a saber lo que no se debe saber, y los conflictos entre creencias, que poco o nada se conmueven ante las evidencias. A continuación, cinco cosas sobre este rara avis del conocimiento, también científico, en una época (fue fundada en 330 a. C.) donde la brutalidad se premiaba mucho más que saber leer.

1. Todo el conocimiento
Actualmente no existe equivalente físico a la Biblioteca de Alejandría. Sí, la Biblioteca Británica recibe un ejemplar de cada obra que se publica en inglés, pero no aspira a albergar una colección de manuscritos de todo el mundo ni contener la suma del conocimiento humano. Acaso el equivalente digital más próximo sea una mezcla de Wikipedia con Google.

2. El conocimiento no es de nadie
Con la misma ferocidad con la que Google intenta escanear todos los libros del mundo, hace más de dos mil años se intentó acaparar cada fragmento de información útil que se hallara por el mundo. No importaba quién lo había escrito. Lo importante era conservarlo y conectarlo al resto de información. Así que, tal y como explica Simon Garfield en su libro En el mapa:

Se confiscaron bibliotecas privadas por el bien común: los manuscritos que llegaban a la ciudad por mar se transcribían o traducían, y no siempre se devolvían: con frecuencia, los barcos se hacían a la mar con copias, en vez con los originales.




3. Papiro
La Biblioteca de Alejandría no tenía forma de digitalizar la información, de modo que necesitaba un soporte para conservarla. Ese soporte era el papiro. Tan importante se hizo el papiro en una época donde el papiro no era especialmente útil para nada, que Alejandría se convirtió en el mayor exportador de papiro a Europa.

Y de repente la oferta de papiro para la exportación se agotó. Algunos afirmaban que todo el papiro se empleaba para abastecer a la Gran Biblioteca, mientras que otros detectaron una trama destinada a impedir el desarrollo de colecciones rivales: elitismo, pasión y búsqueda que reconocerán todos los coleccionistas obsesivos de libros y mapas.

4. La primera universidad
La Biblioteca de Alejandría fue la primera universidad del mundo, un centro de investigación y diálogo,entre cuyos eruditos se encontraban el matemático Arquímedes y el poeta Apolonio. Allí se debatían los principios médicos y científicos, así como cuestiones de filosofía, literatura y administración política.

Aquí también fue donde se dibujaron los primeros mapas del mundo.
5. Alejandro
La creación de la Biblioteca se debe en gran parte a Alejandro Magno, que había estudiado con Aristóteles moral, poesía, biología, drama, lógica y estética. Tras sus conquistas, aspiró que su legado no fuera un símbolo de destrucción, sino de cultura. Un lugar donde la concepción helenística del mundo se difundiera por todo el imperio y más allá.

La Biblioteca se terminó varias décadas después de la muerte de Alejandro:


Si hoy diéramos un plano de la antigua Alejandría, veríamos un lugar metódico, un sistema reticular de bulevares y pasajes. Al este, un Barrio Judío densamente poblado, mientras que la Biblioteca y el Museo se hallan en el centro, en el Barrio Real. La ciudad está rodeada de agua, con el Gran Puerto (donde se hallan los palacios reales) en pequeñas islas, al norte. En el puerto se levanta el Faro, una de las Siete Maravillas del Mundo, de más de cien metros de altura, y sobre él arde una llama que, reflejada por un espejo, es visible a una distancia de 50 kilómetros mar adentro. Sería difícil no percibir la metáfora: Alejandría era una atalaya, un hito liberado y liberador en una ciudad que palpitaba con el pensamiento más avanzado.